Estación Montoya
Redacción de EL TIEMPO, 26 de noviembre de 1999
Los habitantes de Barranquilla, que fueron participes de esa época pujante que vivió la ciudad cuando en 1871 acudieron a la Estación Montoya para ver partir por primera vez el ferrocarril de Bolívar, hoy demostrarán que con voluntad, optimismo y unión de esfuerzos se puede lograr visionar el futuro desde las glorias del pasado. Es una demostración de que la historia no se puede olvidar porque de alguna manera señala los linderos imposibles de borrar Lleva el nombre de Estación Montoya en recuerdo del empresario de navegación en el Magdalena, don Francisco Montoya.
Con este trabajo de restauración, la Corporación continúa con el proyecto de recuperación urbana que se inició con el antiguo Edificio de la Aduana, imprimiéndole la huella cultural propia de estos monumentos históricos y arquitectónicos.
Las obras civiles se realizaron con aportes de la Gobernación del Atlántico, Ministerio de Cultura, Fundación Mario Santo Domingo y la Cámara de Comercio, entidades que se encuentran comprometidas con la iniciativa de recuperar la memoria arquitectónica de la ciudad.
Podría decirse que la historia ferrocarrilera de Colombia tiene en el ferrocarril Barranquilla-Puerto Colombia, denominado ferrocarril de Bolívar, a uno de sus más importantes protagonistas por la condición de enlace entre la floreciente y pujante urbe y el muelle marítimo de Puerto Colombia considerado en su época de esplendor el segundo más largo del mundo, con sus casi dos kilómetros de penetración al mar.
Los beneficios de este proyecto que empieza el 4 de mayo de 1865, cuando la Convención Constituyente del Estado de Bolívar, presidida por don Francisco de Paula Ribón y don Manuel Urueta, no se hicieron esperar, cuando más tarde se promulgó la ley autorizando al gobierno para conceder privilegios de construcción de un camino de carriles de hierro servido por máquinas de vapor que ponga en comunicación la ciudad de Barranquilla con el Puerto de Sabanilla , ley que fue sancionada por el presidente del Estado de Bolívar, M. Amador Ferro.
El primero de enero de 1871, bajo la mirada asombrada de miles de barranquilleros se realiza el viaje que inaugura el tramo del ferrocarril que daría un importante aporte a las relaciones en múltiples aspectos del país con el mundo.
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